martes, 24 de octubre de 2017

La superación es para ayudar a otros no para dañarlos

 ©  Cira Arroyo Fuentes   24/10/2017   08:34 a.m.

     Dios nos llama a todos a superarnos sí, pero con humildad, para que pongamos nuestros dones y talentos, así como nuestros estudios, al servicio de los demás para que juntos hagamos un mundo mejor.

Y entre más alto sea el puesto que tengamos y más dinero devenguemos, más humildes quiere que seamos y ayudemos a otras personas. 

Él jamás nos dio toda esta superación para que en el momento en que estemos posicionados en un alto puesto de un buen trabajo, nos convirtamos en personas frías, insensibles, orgullosas o ensalzadas que sólo estén pensando en hacer cada vez más dinero o cosas materiales, sin importarles humillar o aprovecharse siempre de los demás para mostrar a todos su superioridad u obtener más de lo que tienen.

Digo esto porque son muchos años los que Dios me ha permitido vivir para observar lo que ocurre a mi alrededor en muchos lugares sean iglesias, escuelas, organizaciones comunitarias y más, y he observado que hay mucho personal que por tener un alto estudio o puesto, se sienten con la libertad de creer que en su poder está la vida de otros, y cuando toman a una persona entre ojos, sea por envidia, que les cae mal, o que esa o esas personas por alguna razón no está de acuerdo con ellas y les llevan la contraria, hacen hasta lo imposible por tomar venganza, valiéndose de su puesto, por hacerle daño a esas personas de alguna manera, muy sutil por cierto, para serrucharles el piso y hacerles la vida imposible.

Estos comportamientos o actitudes, unos los he vivido en carne propia y otros les ha ocurrido a muchas personas porque lo he visto o me lo han contado en los centros educativos, en que maestros o profesores que por alguna razón particular le cogen idea u odio a un estudiante y buscan perjudicarlos en sus notas, sea en la de conducta o en las materias, para atrasarlos en sus estudios, aún siendo buenos estudiantes.

He visto maestros y profesores altivos que pasan al lado de padres de familia y otras personas, a los que se denota que se creen superiores, que sólo ellos saben, y si un estudiante o sus padres apela el trato que están teniendo de su parte, se ensañan con ellos, porque no soportan que nadie los ponga en su lugar y les gane con la justa razón, porque esto para estos docentes es como una humillación, debido a que su impetuosa personalidad no les permite ser humildes y aceptar que han cometido errores, porque se creen perfectos.

Situaciones parecidas a estas ocurren en las iglesias, en los trabajos y en todo lugar donde hay personas que valiéndose de su puesto buscan perjudicar a otros o tratan de serrucharle el piso a empleados compañeros para que los despidan y que coloquen en sus puestos a sus familiares y amistades.

Estas son argollas corruptas que lastimosamente abundan y que causan náuseas a todas las personas honestas que observan o viven casos como estos, pero sabemos que Dios, quien todo lo ve, y sabe lo que estas personas hacen, en el momento de Él les dará su paga.

Por eso es que se ven en el mundo tantos grandes castillos o proyectos que se derrumban, porque no los construyeron a la manera de Dios, sino a la manera del Diablo, a base de trampas, maltrato a personas y negocios corruptos.






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Cira estoy maravillado con el trabajo que haces , todo lo que haces aqui le levanta el autoestima a cualquiera, es un gran trabajo, me gustaria poder escribirte seguido y no se a cada cuanto visitas el blog, quiero seguir tus pasos y ayudarte en lo que necesites, Gracias

Cira Arroyo Fuentes dijo...

Muchas gracias, disculpa que hasta ahora veo tu comentario. Como siempre estoy escribiendo nunca entró a revisar la sección de comentarios.

Cira Arroyo Fuentes dijo...

Muchas gracias.