viernes, 1 de septiembre de 2017

Las palabras y lo que hacemos reflejan lo santo o lo del mundo.

© Cira Arroyo Fuentes   01/09/2017   11:50 a.m.

Escribir o hacer algo de manera espiritual por amor fraternal a los demás poniendo nuestro corazón gobernado por El Espíritu Santo en cada letra y palabra que expresamos o sea lo que hagamos de manera sublime, nos hace sentir que somos libres y que sólo Dios es nuestro moderador, pero si escribimos o hacemos algo sólo para hacer negocio pensando únicamente con qué quedarle bien o impactar más a todos sin importarnos promiscuirnos o materializarnos conforme al ritmo de vida del mundo es muy diferente porque tenemos que entrar de lleno en el ámbito secular o carnal.

Definir cuál dirección seguir es crucial porque tenemos que elegir en lo que agrada a Dios y lo que agrada al mundo.

Todo lo que hacemos está en base a lo que hemos decidido apuntar si al espíritu o a la carne de las personas y refleja de qué estamos llenos y de qué dependemos, si es de lo que es de Dios o de lo que es del mundo.

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