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© Cira Arroyo Fuentes
Muy cierto es ese viejo dicho de que "La confianza rompe el saco", por eso confianza plena sólo la podemos depositar en Dios nada más, porque si toda la gente usara sus dones y talentos para hacer el bien, que diferente sería este mundo, pero lastimosamente no estamos seguros de quién lo hace, porque ahora el mal está bombardeando a nuestros niños y jóvenes a edades muy tempranas en que son totalmente vulnerables, como una esponjita a moldear, y no solamente a ellos, sino a todos cuántos puedan aunque sean ya mayores.
Lo está haciendo por medio de personas que están usando sus dones y talentos para hacer el mal sea personalmente o mediante los celulares, computadoras, TV, radio, prensa escrita, etc.
Apenas nuestros hijos empiezan a dar sus primeros pasos empiezan a ser atacados por pedófilos enfermos, que buscan de una y otra forma ver como se hacen amigos de ellos, de alguna manera para ver como les hacen mal, porque son personas enfermas espiritual y corporalmente, viciosas, corruptas y con personalidades desviadas, que constantemente les quieren inducir a tomar cerveza, licor y usar drogas para empezar a hacer con ellas lo que se les antoja, sea de lejos mediante la tecnología o de cerca, si es que pueden tener accesibilidad para citarles y verles personalmente.
Aún en la intimidad de nuestro hogar debemos de tener mucho cuidado para que familiares que han caído no vengan a dañar a nuestros hijos, por eso desde que están muy chicos tenemos que darles muchos consejos, explicarles que es bueno y que no, para que nadie los engañe y los arrastre al mal.
Hay que ver nada más como la gente mala lucha para hacerle mal a nuestra familia y si nos descuidamos a nosotros también, por eso debemos de estar con todos nuestros sentidos bien abiertos, a la defensiva, porque no sabemos por donde se nos puede querer colar el mal, que adiestra a muchas personas con malévola inteligencia para que use sus dones y talentos incorrectamente para que se colen a como puedan y vengan a engañarnos, destruirnos y matarnos, que es su malvado objetivo.
A estas personas no les importa el tiempo que puedan durar en inyectar sabiamente su veneno para empezar a podrir a alguien. Son capaces de comportarse como tiernas e indefensas ovejas para ganar nuestra confianza, hasta fingen ser consejeros, mientras en sus adentros preparan poco a poco su plan para hacernos una traicionera acción y darnos un golpe que nos derribe si no de inmediato, poco a poco.
Estas malas personas hacen siempre uso de un patrón de comportamiento repetitivo, usando sus dones y talentos para invitar a sus potenciales víctimas disque a tomar café, a clubes nocturnos, playas, conciertos, bares, lugares de fiesta y paseos a sitios lejanos y solitarios en donde puedan inducirles a tomar o drogarse para tener la oportunidad de que se desinhiban por medio de estas sustancias nocivas y hacer con ellas lo que se les antoje.
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