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Cira Arroyo Fuentes 26/07/2015 02:05 am.
Nota: Es de humanos valientes ser transparentes y no sólo mostrar nuestra buena cara al mundo, sino la mala también como la que tenemos en nuestros momentos de debilidad y enfermedad, y es bueno hacerlo, siendo así tal cuál somos, para confrontar la realidad en la que vivimos y saber por quienes estamos rodeados, porque es la manera en la que nos damos cuenta quien nos estima de verdad, nos recibe y acepta tal como somos con nuestras virtudes y nuestros defectos en todo tiempo y quienes están cerca de nosotros sólo por interés cuando estamos sanos y pueden obtener mucho de nosotros, pero si estamos enfermos nos apartan como si tuviéramos peste y no nos ayudan para nada. Esa imagen de super hombres y super mujeres que el mundo de hoy quiere que todos mostremos es falsa y a lo único que puede conducirnos es a endeudarnos e involucrarnos en muchos problemas sólo por mantener las apariencias y por orgullo no permitir que los demás se enteren que estamos pasando por un momento de debilidad, pero cuando somos humildes y reconocemos ante Dios que somos débiles y que sin Él no somos capaces de hacer nada es cuando Él interviene y se hace presente con su poder en estos momentos en que nos sentimos incapaces y más necesitados de Él.
-Cuando se está saludable uno se siente como el dueño del mundo, hace, deshace y va donde quiere, vive al máximo sin pensar en nada, pero cuando el dolor se apodera de algún sector de nuestro cuerpo toda nuestra vida cambia drásticamente y se centra en ese sentir el cuál todos los miembros del cuerpo luchan para que se sane y poder de nuevo hacer al cuerpo entero sentirse libre y sano de nuevo.
La gente al verlo a uno diferente lo que se imaginan es que uno es una persona aburrida que no se esfuerza, pero todo este juicio lo hacen porque jamás pueden sentir en carne propia lo que uno está viviendo ni los dolores por los que uno está pasando y el único que si sabe verdaderamente lo que sentimos es Dios.
Lo más cruel es escuchar a gente cercana a nosotros hacer conjeturas o comentarios negativos sobre nosotros a nuestras espaldas como queriendo decir que uno es una persona débil, que no se esfuerza o lo peor es cuando dicen que uno se está haciendo, sólo para que los demás nos hagan todo y nosotros no tener que hacer nada y aunque no lo digan propiamente con palabras lo dicen con sus ojos, con gestos o señas, que disimuladamente hacen para comunicar lo que piensan unos con otros, pero si uno es un buen observador de inmediato se da cuenta lo que se están comunicando en silencio.
Hay muchas personas que se tragan el dolor por buscar mantener siempre una imagen de persona sana, elegante y fuerte ante los demás, para que nadie conozca sus debilidades, pero no todas son capaces de esconder su dolor y simplemente expresan lo que sienten, aunque saben que no se benefician mucho con eso, porque no son ayudados en la medida que realmente necesitan.
El dolor nos causa desconsuelo y hace que se nos quiten las ganas de todo, que nos desanimemos y que no podamos disfrutar los momentos que estamos viviendo, porque no nos permite concentrarnos en eso bueno que nos está pasando ya que nuestra mente sólo está concentrada en estar en vigilancia constante para prevenir cualquier movimiento abrupto que podamos hacer sin pensar en determinadas situaciones que pasamos.
Cuando los doctores nos dan medicina o nos dan terapia efectiva que nos sana, nosotros quedamos contentos, pero si no son capaces de aliviarnos con nada, perdemos nuestra fe en ellos y nos hacen pensar que estamos sumergidos en un callejón sin salida, por lo que nos sentimos como que el mundo se nos viene encima y sumamente desesperanzados.
Lo único que nos queda ante la amenaza del dolor es hacer algo que nos ayude a eliminarlo sabiendo de antemano que debemos de tener paciencia y esperar con fe la sanación que se puede dar en el momento en que menos imaginamos, porque nuestro cuerpo es como una caja de sorpresas con la que nunca sabemos que nos puede pasar.
Si no fuera por las experiencias pasadas que tuvimos en que hemos pasado por momentos dolorosos en los que sólo Dios y el tiempo nos han sanado, sería terrible porque la esperanza de sanarnos es lo único que nunca debemos de perder.
El milagro de nuestra sanación nos puede llegar en cualquier momento cuando nos levantamos un día y notamos que ese dolor que tanto nos agobiaba a desaparecido, por eso nunca debemos de darnos por vencidos y si los doctores no nos hacen nada siempre debemos de recurrir a los alimentos y medicinas naturales que sabemos nos pueden ayudar, porque para eso creo Dios a los alimentos, a las plantas y animales para que al comerlos nos mantengamos sanos, pero lo que más hemos de hacer es orar a Dios para que nos sane y si es su voluntad el sanarnos Él lo hará.
Conclusión:
Sólo viviendo los momentos buenos y los malos podemos ser capaces de escribir acerca de esto y hablar con otras personas de lo que sentimos realmente para desahogarnos y créanme que sé que si Dios ha permitido que yo pase por ambos momentos es para enseñarme a ser humilde, tal cuál soy y reconocer teniendo mis pies muy bien puestos sobre la tierra, que soy débil, pero que con Él soy fuerte, no queriendo decir con esto que soy una super mujer, porque no lo soy ni pretendo serlo tampoco, sino que simplemente me gusta ser transparente ya que es la única forma que he encontrado de averigüar quienes me quieren de verdad así tal como soy y quienes sólo se me acercan en mis buenos momentos, pero se me alejan cuando estoy pasando por dificultades o males.
Aunque no lo crean, no es fácil reconocer y hasta mostrar mis debilidades y poder tener la capacidad o la humildad de reírme hasta de mi misma, que es lo que a la vez me brinda mayor fortaleza, porque soy fuerte y segura cuando reconozco que soy débil mostrando mis inseguridades y debilidades o, cuando me doy cuenta que soy imperfecta, que soy pecadora y tengo el valor de desahogarme de lo que siento con alguien, de llorar donde sea o pegarme unos cuántos gritos dentro de mi casa o algún lugar que pueda hacerlo para liberarme de energías negativas.
Ser frágil desbordando el sentir de mi ser me hace ser más fuerte para tener fuerzas de seguir luchando por vivir cada día, echando fuera de mí con el poder de Cristo todo lo que me agobia y amenaza no sólo mi cuerpo espiritual, sino el carnal también. El escribir me ha ayudado mucho a desahogarme porque dejo todo en el papel y no permito que energías negativas, ni rencores, se queden dentro de mí torturándome y aunque sé que muchos me critican por hacer esto, yo sigo escribiendo porque al hacerlo también me doy la oportunidad de llevar todo buen consejo que Dios me da, para que solucione mis problemas, pero yo no me dejo esos consejos sólo para mí, sino que se los traspaso a todos para que sean ayudados por Dios también.
Por eso cuando veo a personas que sólo quieren demostrar perfección completa y seguridad dando a conocer sólo su buena cara y por nada del mundo permiten ver su lado malo o débil, sólo las analizo y me digo "Dime de que te jactas y te diré de que careces", porque el pretender mantenerse en un estado de perfección permanente ante el mundo tiene un precio y un esfuerzo muy alto que les roba la paz, la tranquilidad y por ende la libertad de por vida ya que al procurar guardar siempre una buena apariencia demanda mucho esfuerzo de parte de la persona y de las personas y el ambiente que la rodea también, porque autocontrolarse como sea para lucir perfecto es fácil, porque todo lo que sale de nosotros depende de nosotros mismos, pero controlar al mismo tiempo todo el ambiente que nos rodea es una tarea muy difícil, porque no podemos jamás buscar que todos los demás se comporten y sean como nosotros queremos, ya que cada persona es un mundo propio o un mundo aparte con sus costumbres individuales.
La persona que se cree perfecta y sólo demanda perfección en los demás en la medida de sus gustos personales se mantiene siempre en un estado de vigilancia constante no sólo de cuidar su propio comportamiento sino el de todos y esto es lo que la puede llevar a una grave situación de estrés en la que pueden recurrir a hacer uso de muchos medicamentos y hasta drogas para controlarse, mantenerse relajados y mostrar siempre la compostura de persona fuerte, hábito que con el paso del tiempo les puede ocasionar muchos problemas en su salud ya que nunca aprendieron a desestresarse y liberarse a la manera de Dios, completamente de forma natural, fuera en su casa, en la iglesia o aunque tuvieran que irse a pegar unos cuántos gritos y llantos en la cima de la montaña para liberar su ser.
La persona perfeccionista y controladora no es libre con Dios, ni deja a los demás ser libres tampoco.
Pretender vigilar todo por nuestras propias manos enferma a cualquiera, porque cada persona tiene su propia personalidad, por eso la mejor forma de salir ilesos ante el ataque de gente perfeccionista o controladora o estar en el peligro de convertirse uno mismo en una de ellas es aprendiendo a liberarse con Dios, reconociendo ante Él y ante el mundo que no somos perfectos, que somos pecadores, pero que si Él mantiene su mano y su favor sobre nosotros guiándonos constantemente en el camino de la vida podremos ser verdaderamente libres siendo tal como somos y aceptando a los demás tal como son también, orando siempre para que sea El Espíritu de Dios con su poder, quién mantenga el control de todas las personas y de todo cuánto existe. Sólo Él sabrá como de manera privada va a tratar a cada persona independientemente de la personalidad que esta tenga, haciendo que cada una reconozca que sólo Él es el único que tiene el poder de demandar de ellas y de nosotros un comportamiento correcto de acuerdo a su voluntad.
Hay personas que sin estar enfermas ni tener problemas siempre se dejan llevar por Dios estando en permanente comunión con Él reconociéndolo en todo lo que hacen y lo obedecen, pero para los que tenemos la tendencia de distraernos y dejarnos llevar por nosotros mismos estando en el peligro constante de ser asechados por el maligno, Dios tiene un método particular para tratar con cada uno de nosotros y al hacernos sentir algún dolor siempre nos hace depender de mantenernos muy cerca de Él, porque sabemos que sólo con su poder podemos sobrellevar esa carga dolorosa que tenemos, para que nos sea menos pesada y al estar orando constantemente, mantenemos la fe de que Dios en su momento, no en el de nosotros, nos sanará, pero para lograr esa meta siempre debemos reconocerlo o tomar en cuenta en todos nuestros caminos y no olvidarnos de Él jamás, reconociendo que sin Él no somos nada.
En resumen, Dios es el único con el poder de mantener el control total de todo cuanto existe y de hecho tiene que hacerlo, porque si no lo hace y permite que todos nosotros hagamos lo que se nos antoja a la libre, sin tomar en cuenta para nada su guía de vida, estamos en el gran peligro de caer en las garras de El Diablo quién lo único que quiere es destruir a toda la creación que Él, nuestro creador y unigénito Dios hizo con tanto amor, por eso es que Dios nos llama a todos de manera individual con lazos de amor para que estemos siempre en su presencia o en comunión con Él para dirigirnos por un camino correcto en la vida, pero si nosotros hacemos caso omiso a su llamado y no nos dejamos gobernar por Él voluntariamente, entonces Él, como no quiere que nos perdamos en el camino, con tal de salvarnos de las garras del maligno, recurre a llamarnos con lazos de dolor para que por medio de ese dolor que sentimos nos mantengamos siempre sujetos a Él buscándolo constantemente y así Él nos puede mantener a su lado cuidándonos.
Por eso es que debemos darle gracias a Dios siempre tanto por el dolor que sentimos como por la sanidad que tenemos, ya que el dolor nos hace recordarnos siempre de Él y depender para todo de su sanidad y liberación constante, así como de su gracia, su favor y su poder, porque sabemos que si estamos con Cristo todo lo podemos ya que Él es quién nos fortalece y nos da la victoria, así como Él lo está haciendo en este preciso momento en que les escribo, porque sintiendo dolor en mi brazo fue como me nació escribirles todo esto y mientras les comunicaba mi sentir me he mantenido distraída haciéndole caso omiso a mi dolor, el cuál de verdad siento que me está sucediendo para que le de gracias a Dios, porque gracias a este dolor es que Dios me ha inspirado escribir todo esto que espero pueda ayudarles de mucho a cada uno en su vida personal.
"Escribo por Gracia y para la Gloria de Dios inéditas inspiraciones para sembrar el bien y el amor de Cristo en sus corazones". Gracias por su apoyo gratuito a mi blog, suscribirse a mi Canal en You Tube, darle Me Gusta, hacer comentarios y opiniones aquí y en todos mis sitios en Facebook, Instagram y Twitter es muy importante para mí porque así puedo seguir compartiéndoles gratuitamente mensajes y vídeos con mis inspiraciones.
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