LAZO SAGRADO DE AMOR
Escrito por © Cira Arroyo Fuentes Miami, 1999
Lazo sagrado de amor
bien unido en el nudo
protegiendo nueve hijos
para que estén bien seguros.
Rafael y Rafaela
formaron los pétalos tiernos
que fueron bien sostenidos
por brazos del Dios eterno.
Quién posó una transparente
figura de ave sobre ellos
fortaleza con amor
luz con radiante destello.
Lazo que al cielo voló
en paz y tranquilidad
y en manos sabias dejó
su fruto en gran libertad.
Ella se marchó tiempo antes
para poner en el cielo
una alfombra a su amor
blanca y de terciopelo.
Lazo de amor sagrado
que en el cielo está seguro
porque confiaron en Dios
y su infinito amor puro.
Este poema "post mortum", se lo hice a mis padres cuando vivía en Miami, en el año 1999. Resume en pocas palabras el gran amor que siempre se tuvieron ellos, lleno de Todos los Frutos del Amor Verdadero, que sólo El Espíritu Santo de Dios puede dar (Gálatas 5:22-23).
De su relación matrimonial que duró muchos años, nacimos nueve hijos (cuatro hombres y cinco mujeres), a los que siempre, primeramente con la ayuda de Dios, supieron sacar adelante, criándonos con mucho amor y gran sabiduría.
Nosotros sus hijos, familiares, amistades y demás personas que los conocimos siempre, observamos en ambos un gran amor para Dios y con todos, porque siempre oraban juntos y también nos reunían a nosotros para que oráramos junto a ellos. Ellos le tenían mucho amor, respeto y también temor a Dios, por eso siempre buscaban hacer la voluntad de Él y esa fue la clave para que formaran y mantuvieran por tantos años su unión matrimonial, hasta que El Señor llamó a su presencia, primero a mi mamá a la edad de 70 años y años después a mi papá a los 84 años.
Los dos nos dieron un gran y santo ejemplo colmado de arduo trabajo, respeto, comprensión, caridad, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, humildad, mansedumbre, fidelidad, modestia, auto control, castidad y generosidad.
Ahora es responsabilidad de nosotros sus hijos, traspasarle al mundo todo ese amor que Dios puso en sus corazones para que nos lo inculcaran, para que Él, quién es El Dios Vivo, recoja las cosechas de todo lo que mis padres hicieron durante su estancia en esta vida, por medio del Poder de Dios que siempre moró en ellos.
Ahora es responsabilidad de nosotros sus hijos, traspasarle al mundo todo ese amor que Dios puso en sus corazones para que nos lo inculcaran, para que Él, quién es El Dios Vivo, recoja las cosechas de todo lo que mis padres hicieron durante su estancia en esta vida, por medio del Poder de Dios que siempre moró en ellos.
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