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lunes, 11 de septiembre de 2017

Cuidemos nuestro cuerpo porque es el Templo del Espíritu Santo

  © Cira Arroyo Fuentes   11/09/2017   03:50 a.m.

     Me da tristeza el ver a más personas cada vez de diferentes edades tatuándose y agujereando su cuerpo de una forma tan desmedida, creyendo que se ven muy bonitos con todo ese montón de rayas y manchones con los que están destrozando su cuerpo.

Lo que demuestran todas estas personas es tener una muy baja autoestima y necesitan hacerse algo impactante en su cuerpo para llamar la atención o disque imponer según ellas respeto o miedo, pero lo hacen de la manera más errónea y desobediente con Dios, que demanda de todos que cuidemos nuestro cuerpo porque es el templo de su Espíritu Santo y nos prohibe rayarlo, marcarlo y dañarlo.

Cuando una persona se tatúa o se hace piercings está corriendo el riesgo de que le traspasen enfermedades si las agujas no están bien esterilizadas y aún así, la tinta puede estar contaminada también.

La persona que se hace estas cosas por lo general tiene mucha rebeldía, sea con sus padres, familiares o el mundo en general y busca mostrar lo que ha hecho de inmediato publicamente porque sabe que con esto hará sufrir a esas personas, pero no se pone a meditar que la que se está dañando y arriesgando su salud directamente es ella.

En los tatuajes hay muchos pactos satánicos que la gente ni siquiera sabe e ignorantemente se los pone, aunque ya el sólo hecho de tatuarse es un pacto de sangre por el cuál debe pedirle perdón a Dios y quitárselo si puede.

Bibliografía:  Biblia Gateway, Versión Reina Valera 1960

1 Corintios 3:16-17Reina-Valera 1960 (RVR1960)

16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Levítico 19:27-29La Biblia de las Américas (LBLA)

27 “No cortaréis en forma circular los extremos de vuestra cabellera[a], ni dañaréis[b] los bordes de vuestra[c] barba. 28 “No haréis sajaduras en vuestro cuerpo[d] por un muerto[e], ni os haréis tatuajes; yo soy el Señor.






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