Por © Cira Arroyo Fuentes, 1/12/22, 11:01 AM
Las personas que son sumamente ambiciosas y soñadoras extremas nunca están tranquilas ni tienen paz porque siempre apenas obtienen lo que quieren nunca se conforman porque desean algo más y se mueren insatisfechas por sentir que no lograron alcanzar una u otra meta que se propusieron.
Viven su vida aceleradamente, sin descanso y son como una bomba de tiempo a punto de explotar.
Nunca alcanzan en vida, llegar a un estado de reposo, de paz y de contentamiento.
Nunca tienen descanso mental ni se regalan momentos para sí mismas, por estar siempre planeando nuevos proyectos para tener más fama y hacer más dinero; en otras palabras, entre más proyectos inventan y logran establecer, más dinero tienen; pero menos lo disfrutan o menos les queda tiempo para disfrutarlo.
Esto les sucede por compararse con los demás, buscar ser más y mejor que otros por posicionarse como el mayor y el mejor.
Son adictos al trabajo, a la vida estresada y a no tener tiempo para nada que sea familia de la palabra descanso porque está no existe en su diccionario personal de vida; en otras palabras, están tan saturados, que no se dan cuenta de que se encuentran encarcelados porque por estar tan ocupados y sin tiempo para nada, sólo están pensando en el el siguiente escalón social que van a subir; pero apenas logren hacerlo, querrán subir uno y otro más, abriéndose camino en un nivel social más alto cada vez y no se dan ni cuenta de que la vida se les está escapando de las manos cada vez más y que por estar tan ajetreados pensando en el dinero y en el poder, no van a tener tiempo para disfrutarla en libertad.
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