Da tristeza el no poder disfrutar del corredor al frente de nuestra casa porque apenas salimos y nos sentamos un ratito, casi de inmediato nos cae alguien molestando o pidiendo o vendiendo algo.
Antes por lo menos si uno les decía que no tenía dinero o sólo "no gracias", todo terminaba allí y ellos se marchaban tranquilos; pero ahora es un atentado estar allí y que pase alguno porque insisten y si uno no les da o les compra lo tratan mal a uno, o le dicen un disque Dios lo bendiga que es casi una amenaza y una metida de miedo porque de bendición no tiene nada ya que sus gestos hablan por sí solos.
Por otra parte, ofrecerle trabajo a alguien acostumbrado a pedir es una gran ofensa 😁.
En conclusión, es triste tener uno que encerrarse por el acoso de parte de estas personas que quieren como obligarlo a uno a darle o comprarle porque aunque hay unas buenas y respetuosas uno nunca sabe en que momento pueden llegarle otras que no lo son.
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