Por ©Cira Arroyo Fuentes 18/4/22 3:37 PM
Hay quienes obsesionadamente por capricho, envidia, odio, o mera maldad, aman mantener el control de todo y de todos a su alrededor, manipular a otros para servirse de ellos, hacer daño o hacer que otros lo hagan por ellos, o que otros les sirvan la mesa, les sirvan de mesa, subirse y seguir subiendo encima de ellos y no bajarse nunca hasta aplastarlos.
Si los otros no son tontos, se apartan, no se dejan manipular, ni controlar, ni servirse de ellos, ni que los usen para hacer maldad y no se prestan de mesa, les cojen idea y se convierten en espías de ellos, para estar buscando siempre, obsesionadamente, la oportunidad de hacerles mal.
Cuando la malvada obsesión de los malvados ataca a un cristiano, que es una carta leída ante el mundo, Cristo mismo viene en su defensa y pone ángeles alrededor de la persona para protegerla.
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