Por © Cira Arroyo Fuentes, 15/2/2024, 10:42 am
Una mujer sabe que tiene un sexto sentido para discernir el terreno que está pisando y nadie la engaña.
Sabe cuando se le está dando verdaderamente un lugar de prioridad, de importancia, siendo amada y valorada o cuando se le está dejando en un último plano, sin importancia alguna, desvalorada, utilizada porque ella no está ciega y si acepta vivir en una relación aventurera, de amigovia, novia con derechos o juntada, sea de poco o largo tiempo, que es una relación inestable, sin rumbo, pisando en arenas movedizas, en donde en cualquier momento se puede hundir, es su decisión y ella siempre será la más afectada.
Si a una mujer una persona no le da el lugar de importancia que ella se merece, ni tiempo, ni presencia, ni la escucha, ni la valora y sólo se la quiere usar como si fuera un objeto, jamás se le puede conquistar.
Ella sabe cuando no es apreciada, cuando sólo le dan migajas por salir del paso nada más, sólo para ser usada.
A una mujer independiente, que tiene a Dios como su principal consejero, ayudador y compañía, que se autoestima, se cuida y valora nadie la engaña porque sabe muy bien qué amor es verdadero y proviene de Dios, y cuál amor es temporal, falso, interesado y corrupto porque procede del mundo.
La mujer que acepta ser tomada como un objeto, lo hace porque no se autoestima, por no sentirse sola o porque no es independiente económica, espiritual, ni físicamente.
La mujer inteligente y sabía que es firme, fuerte con Dios, se da con la autoridad de Dios su lugar porque sabe que lo tiene a Él sobre todas las cosas, que teniéndolo a Él nunca está sola y lo tiene todo, no se deja convencer ni con peros, ni con migajas o anzuelos, ...o es todo o nada... y sabe que es mejor estar y vivir sola con Dios que mal acompañada.
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