Hay tiempos para caminar y seguir adelante activamente en la búsqueda de nuestras metas o nuestros sueños, y tiempos para parar y hacer un alto en el camino, sea que lo hagamos voluntariamente o que por la fuerza tengamos que hacerlo por nuestro bien y debemos tener paciencia para aceptar el no poder caminar cuando lo deseamos porque tenemos que esperar con paciencia el tiempo en que Dios nos abra el camino y nos de luz verde para proseguir; pero para que esto pase, Él nos va a poner a vivir en un tiempo de prueba y de meditación para pulirnos o quitarnos como al águila las plumas viejas y renovarnos para que cuando salgamos a caminar o volar de nuevo lo hagamos con alas nuevas y meditemos muy bien que pasos vamos a dar de allí en adelante y como vamos a seguir viviendo los tiempos venideros.
Lo más importante, es que sepamos que si podemos seguir adelante, es porque Dios nos lo permite y que si ya estamos metidos en su barca en el mar, Él no nos dejará solos y aunque pensemos por momentos en que somos nosotros los que estamos haciendo todo y somos los que con nuestros remos al remar los que estamos haciendo que la barca se mueva para que prosiga y flote mar adentro surgiendo y viviendo nuestra vida, nos equivocamos porque siempre Él está con nosotros cuídándonos y ayudándonos en todo y cuando nos pasan cosas peligrosas, como esas que nosotros decimos que nos salvamos de milagro o de chiripa es porque aún no nos tocaba o no nos convenía y es su mano poderosa la que estaba por debajo de nosotros y a nuestro alrededor para quitar todo con lo que el mal nos quería hacer daño.
Por eso en los momentos difíciles o pruebas por las que estemos pasando, sólo nos queda tener paciencia, cuidarnos, estar tranquilos y saber esperar el momento apropiado en el que Dios nos de luz verde para proseguir nuestro camino; pero no podemos, por llenarnos de impaciencia, hacer locuras que echen a perder todo el terreno o tiempo que ya hemos ganado en recuperarnos y solucionar o lograr algo.
En conclusión, si estamos con Dios y lo reconocemos en todos nuestros caminos, sabremos que como humanos, somos imperfectos y que aunque busquemos siempre seguir el consejo de Dios y hacer su voluntad, cometeremos errores; pero eso no nos va a tumbar o a desmotivar ni hacer desistir de seguir nuestro caminar con Él porque estando con Él sabemos que hay tiempos para caminar, tiempos para parar y hacer un alto en nuestro camino y tiempos para darle tiempo al tiempo o a que el tiempo de Dios se corone en perfección para siempre en nuestra vida; pero mientras ese tiempo no nos llegue aún, aunque nos caigamos o tengamos que parar por un tiempo para que Él nos levanté y nos renueve para proseguir, seguimos caminando aún, en el estado en que estemos y por el proceso que estemos pasando, así, con nuestras imperfecciones y ganando nuevas victorias para Dios hasta que se nos llegue el tiempo de que Él nos llame a su presencia para siempre.
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