Aprende a descubrirte y a escoger sabiamente quien controla tu interior.
Aprende a menguar para que sea Dios quien te guíe y te diga que hacer en y con tu vida.
Aprende a disfrutar a todas las personas que te rodean así tal como son sin criticarlas.
Aprende a descubrir por debajo de todo lo que ves a la verdadera persona que hay dentro de ese cuerpo que ves, quitando del frente todo lo que te impide descubrirla, que se oculta detrás de su vanidad y de la máscara o cara que quiere mostrar para quedarle bien al mundo.
Recuerda que la persona es lo que queda al desnudo y lo que tiene dentro porque todo lo material de afuera es pura pantalla o imagen escogida de acuerdo al mundo de la moda.
Hay que observar a las personas, ver el punto o los puntos buenos, enfocarse en ellos, resaltárselos e ignorar o darle absolutamente nada de importancia a lo malo que hacen, sea porque son así, porque se acostumbraton a ser así por el ambiente que les rodeaba, al que nunca quisieron llevarle la contratia y simplemente encontraron más fácil ser como los demás y no luchar por imponerse siendo ellos mismos; entonces quieren llamar la atención con lo que han visto que a otros les da resultado, aunque esto sea malo porque así es como ellas se van dando cuenta de como atraer a los demás; pero es una lástima que no lo hagan sacando con originalidad lo mejor de ellas sino copiando a otros y sacando lo peor.
Aprende a ser una persona segura de si misma en dondequiera y con quienquiera que estés, porque el límite es tu aposento y no el exterior de él.
Recuerda que del único espacio del que eres dueño, tienes control y puedes poner límites es del que tienes dentro de tu cuerpo, es el que puedes en libre albedrío elegir si quieres que sea Dios quien lo gobierne para establezca su reino en ti y llega hasta la piel y el aura que te cubre, y de ese espacio a tu alrededor que eres el dueño y te pertenece; pero más allá de este, lo que te rodea es un espacio común lleno de muchas personas de las que cada una es dueña de su espacio particular igual que tú.
En conclusión, quién aprende a elegir controlar su interior con la sabiduría de Dios, ha ganado la batalla más difícil de su vida porque no ha sido débil para escoger la mala o errónea decisión de permitir ciegamente que el mundo, alguien, o por sí mismo controlar su vida, sino que le ha dejado está tarea a Dios para que cuide y controle su interior y que como un filtro le cuide de lo que le rodea en su exterior también.
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