Por Cira Arroyo Fuentes, 9/9/2022, 2:32 am
Hay muchas cosas en mi vida que puedo negociar con mis familiares, amistades y quienes me rodean; pero jamás que me dicten autoritariamente que hacer, que estudiar, en que trabajar en mi caminar ni que me pongan límites de con quien o no estar o hacer amistad porque soy una persona libre de escoger quién soy, que hago, mi ambiente, las personas con quien estoy y, en fin, lo que hago con mi vida porque el único con autoridad sobre mí es Dios.
Asimismo, si se me antoja estar sola, no me gusta que nadie me agobie ni me caiga de sorpresa, ni que me obligue a vivir o socializar en un momento que no quiero, en donde lo único que deseo es estar a solas en mis asuntos, o no estoy preparada ni con ánimo para estar con nadie, ... porque simplemente quiero estar a solas con Dios.
Tampoco soporto o tolero que nadie me diga como ser, como vestir, ni que hacer porque soy una mujer libre con Dios y sólo dependo de Él que es mi dador.
No soporto relacionarme con personas que continuamente quieren cambiarme para que sea como ellas u otras personas.
Tampoco soportó a las personas que quieren manejar y jugar con el dinero o la economía de los demás como si fuera la suya, que las comprometen en eventos, sin saber si tienen dinero o no, y hasta las hacen endeudarse para que les cumplan sus caprichos o sus inventos.
Soy feliz siendo quien soy y como soy, y no permito que nada ni nadie me estrese, ni me haga vivir un ritmo de vida distinto al mío, o en otras palabras, un estilo de vida al que mi cuerpo y todo mi ser ya no puede o no quiere llevar por mi propio bien.
Cuando alguien es muy precisado y por su estrés me sofoca, simplemente le digo, ...espere... despacio porque voy de prisa...y con eso basta para hacerles entender que tienen que esperar y punto, o que de lo contrario, ...que se vayan; pero yo no me dejo manipular ni forzar por nadie ni permito que nada ni nadie me fuerce ni me apresure.
Lastimosamente, son muchas las personas que están todas enfermas, o ya están bajo tierra, por no haber tenido el valor de vivir su vida a su ritmo ni haber puesto límites a los demás, y haberse dejado manipular y haber vivido siempre estresadamente al ritmo y exigencias de personas ensalsadas y autoritarias.
Hay que escapar con Cristo y apartarse de personas territoriales agobiantes, estresantes, dominantes que sólo quieren manipular a otros para que sean como ellas, como si fueran monigotes o marionetas para ponerlas a trabajar para ellas o sus propósitos personales porque estas personas cuando no pueden manejar a su antojo a los demás, usan tácticas o estrategias atemorizantes y malvadas, atacando en masa, para ver como ponen a todos bajo su zapato o bajo su dominio y no soportan que nadie se les escape de su redil, y si lo hacen, recurren a bajas estrategias para atraerlas de nuevo.
No debemos autoencarcelarnos ni permitir que nadie nos encarcele.
Lastimosamente, son muchas las personas que están todas enfermas, o ya están bajo tierra, por no haber tenido el valor de vivir su vida a su ritmo ni haber puesto límites a los demás y haberse dejado manipular y haber vivido siempre estresadamente al ritmo y exigencias de personas ensalsadas y autoritarias.
En conclusión, sólo a Dios le permito ponerme límites y me ajusto con Él a todo cambio que es bueno para mejorar mi vida; pero a las personas sólo las escucho y si me conviene o está de acuerdo con Dios lo que me dicen lo tomo, y si no, lo desecho.
En otras palabras, me visto por dentro y por fuera con Cristo y no me dejo manipular por personas que están dominadas por espíritus astutamente altivos a la manera del mundo, que son orgullosos, engañadores y tramposos que quieren que todos seamos como ellas. Personas que al verse descubiertas, hacen hasta lo imposible por atacar en masa para dañar a quienes no se les someten.