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martes, 5 de abril de 2022

Dios nos libra de la locura del mundo



PERMANEZCAN EN COMUNIÓN CON DIOS QUIÉN LES LIBRA DE LA LOCURA DEL MUNDO 

Escrito por © Cira Arroyo Fuentes 05/04/2013 02:18 p.m.

     El aturdimiento que el maligno provoca en el mundo que es rebelde y no quiere permitirle a Dios que lleve el timón de sus vidas, es como una bomba de tiempo que lo mantiene ciego, corriendo como desesperado de un lado para otro, todos peleando por ver quién tiene más riqueza y poder que los demás, para sentirse el/la gran señor/a, humillar a otros y tener a todos bajo su zapato, para impedirles siquiera que puedan levantar la cabeza.

Todos desde que están en sus casas, apenas se levantan o muy de mañana, lo primero que hacen encienden la radio, el televisor, la computadora, su teléfono, o leen el periódico y les empieza el diario bombardeo publicitario a poner ideas para que se gasten el dinero que aún ni se han ganado todavía en cosas o actividades que les prometen que van a suplir todas sus necesidades, que les van a dar paz, que eliminarán su estrés, en fin, un sin fin de ideas para que gasten su dinero, llenas de aventuras que ni siquiera les había pasado por la cabeza, las cuáles los anunciantes muy inteligentemente les hacen creer que necesitan suplirlas que los puede hacer sentir muy reláx, bien felices para que aprovechen su día al máximo y los hacen invertir en productos y servicios que muchas veces ni siquiera utilizan para nada o que en lugar de darles tranquilidad los aceleran y preocupan más.

Por eso la mayoría ya desde que salen de sus casas para sus trabajos van como si fueran robots, todos bombardeados sicológicamente, compitiendo unos con otros por ver cuál viste mejor y maneja el mejor auto para rajar más, con sus ojos como antenas en alerta, bien abiertos como los de un búho y girando de continuo sus cabezas para sus alrededores, como si fueran luces de auto policial, para mirar hacia todo lado por ver que monumento con cara bonita pueden flechar para ir preparando desde tempranas horas de la mañana tener una nueva aventura sea a la hora de almuerzo, al final del día o en el fin de semana para vivir al máximo el momento y pasar un rato ameno con alguien que le atrae, o que engañosamente por hacer algo, se inventó ese sentir para tener con tiempo casi lista su nueva conquista diaria y llevarla a comer o a esos lugares exóticos a los que tanto les sugirieron ir los dueños de todos esos negocios con tantos anuncios que muy temprano los exhortaron con ideas grandiosas y muy elevadas para que compraran en sus ratos libres una serie de artículos, que en realidad ni necesitan y disfrutaran al máximo los ratos de ocio que sobrevenían a sus vidas comiendo en sus restaurantes, y viajar a lugares exóticos y diferentes, etc.

Estoy segura de que este tipo de personas ni siquiera le dan gracias a Dios porque pudieron abrir los ojos y levantarse. 

Así se van para sus trabajos doblegando su pereza y su orgullo porque quieran o no tienen que trabajar para vivir y están sedientos de ganarse un salario más, el cuál ya de antemano tienen más que planeado en que lo van a gastar, o peor aún, muchos ya saben que ni un cinco les va a quedar en mano, porque por su mala cabeza ya lo deben todo.

Este estilo de vida tan aturdido y acelerado que está dominando a muchos, los ha ido encarcelando más cada vez y todo esto les ha pasado por no tener la luz de Dios bien encendida alumbrando cada paso que dan en sus vidas desde el primer momento cuando se levantan cada mañana, para que la luz de Jesús les acompañe en todo momento en sus trabajos y que todo lo que hagan les salga bien y orar también para darle gracias cuando regresan a sus hogares por todo lo que Dios les dio y les permitió hacer ese día y cerrar sus ojos estando en comunión orando a Dios para que les de un buen dormir hasta el próximo día.

PARA TERMINAR LES DIGO QUE SI TODOS PERMANECIERAN SIEMPRE VIGILANTES Y EN COMUNIÓN CON DIOS QUE ES PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, SU VIVIR SERÍA MUY DIFERENTE, PORQUE SÓLO ÉL ES EL ÚNICO QUE PUEDE LIBRARLOS DE LA LOCURA DEL MUNDO.

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