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miércoles, 30 de enero de 2019

Se libre e independiente con Dios

© Cira Arroyo Fuentes   30/01/2019    08:59 a.m.

     El tiempo pasa de prisa, los años se nos van, y desde que estamos pequeños, por cumplir con reglas de comportamiento familiar y social, dependiendo de la familia que seamos, las creencias que profesemos, el estudio que tengamos, el trabajo que realizamos y nuestra posición social; los mayores por ambición al dinero, lo material y por vanidad, nos encarcelan en un modo de vida que represente muy bien o a la perfección quienes somos porque según ellos debemos ser los embajadores encargados de representar a través del tiempo los intereses y el comportamiento que esa determinada familia ha adquirido dentro del mundo social o de la sociedad.

Desde pequeños nuestros padres, abuelos, familiares, la comunidad y el ambiente que nos rodea nos implanta una forma dependiente de ser, vestir y comportarnos que nos limita, y es por eso que vemos niños y niñas que los visten como si fueran mayores porque los quieren convertir en grandes antes de tiempo. Quisieran introducirle un chip completo y perfecto de aprendisaje con muchos idiomas y una o varias carreras a la vez de un solo, para que sean y se comporten como todos unos profesionales en determinado campo, en lo que le conviene a la familia porque quieren aprovechar al máximo el tiempo de esa persona, su juventud y su fuerza, por lo que no la dejan ser libre para disfrutar la vida ni meditar, sino que la llenan, en muchos casos, de todo lo que los mayores quisieron ser o lo que necesitan que esa personita sea de acuerdo a los negocios, empresas y actividades familiares, para que se prepare y se encargue de todo, cuando los mayores ya no puedan realizar esas labores, se enferman o fallezcan.

Es mucha la presión que ejercen sobre esas vidas nuevas, tanta que no les permiten meditar para saber que quieren ser ellos de verdad y que los hace felices.

Este tratamiento obligado hace que muchos desde muy pequeños pasen o vivan llenos de estrés siempre y se conviertan en una bomba de tiempo a punto de explotar porque no les permiten perder ningún minuto de su tiempo debido a que diariamente les tienen lista una agenda llena de obligaciones por cumplir, con todas las actividades de estudio, tareas hogareñas, trabajo, iglesia y eventos comunales y sociales a los que acostumbra asistir la familia.

Estas personitas al crecer sin derecho de ser y hacer lo que de verdad ellos quieren, van acumulando energía, y si no son fuertes pueden hasta enfermarse por la presión a la que son sometidos continuamente y terminar perdiendo su identidad o hasta en locos.

Otros pueden sentirse tan encarcelados que poco a poco van acumulando resentimientos, que luego se convierten en odio hacia quienes les ultrajan tanto, que hasta pueden tener deseos de acabar con ellos o consigo mismos porque se sienten en un camino sin salida y que la única forma de liberarse de la vida que tienen es esa.

Es inaudito el sistema de vida narcisista al que son sometidas estas personas desde una muy temprana edad y durante la mayor parte de su vida, mientras sus manipuladores están vivos.  

Sólo quienes tienen una personalidad fuerte, que desde pequeños gustan de ser libres y no permiten que les encarcelen, pueden liberarse de esta vida narcisista a la que otros les quieren obligar a vivir porque desde pequeños se imponen y aprenden a ser libres, a liberar energía vistiendo, haciendo y viviendo de la manera que más les gusta sin importarles que todos les digan que son la oveja negra de la familia, sólo porque escogieron ser diferentes, independientes y vivir libremente su vida, no la de los demás. 

Esta manera independiente de ser es muy buena si es debidamente encausada desde que están pequeños, por eso es tan importante que en medio de todas las enseñanzas para la vida que los padres y el mundo les de, primeramente les enseñen a amar y respetar a Dios y su Voluntad porque de esta forma podrán escoger ser libres e independientes sí, pero con Dios, para que disfruten siempre de una sana independencia en la que liberen energía, no se encarcelen, pero que sepan de donde vienen, donde están y hacia donde van o quieren ir para que nada ni nadie los conduzca por un camino erróneo o de perdición lleno de drogas, libertinaje y corrupción.

Si se hicieron libres e independientes con Dios, pueden permitirse ser actores dependiendo del escenario o del lugar en que están porque si van a un concierto y les permiten gritar y bailar lo hacen, si van a la playa caminan, corren, nadan, se divierten y desestresan, en fin, actúan libremente y deciden cuando ir a dar un paseo a la montaña para meditar, cantar, y hacer lo que quieran sanamente, hasta pegarse un fuerte grito si lo desean para liberar energía.

También pueden sentirse libres de ser y hacer lo que desean, dándole rienda suelta a su imaginación para crear o innovar lo que quieran en el campo que desean.

En conclusión, si en tu hogar y el ambiente que te rodea no te enseñaron a ser libre e  independiente de forma sana con Dios y tú decides independizarte para ser tu mismo, hazlo, pero busca prepararte y llenarte de Dios para que seas libre con Él, liberes energía y no la encarceles, porque si no lo haces correctamente puedes correr el peligro de convertirte en un narcisista manipulador igual que otros, de enfermarte, de enloquecer o hasta ser un asesino por vengarte de quienes te manipularon y privaron de libertad desde muy pequeño obligándote a hacer y vivir sólo de la manera que ellos querían.



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