Lanzarse a hacer esto al aire, a la vista de todos, no es fácil, pero tenemos que arriesgarnos por amor a Dios, a otros y a nosotros mismos, porque no podemos dejarnos atrapar por temores, ni personas que se nos atraviesen en el camino para hacernos la vida imposible o amedrentarnos de alguna manera, sea con burlas o críticas destructivas, porque si lo permitimos jamás haríamos nada.
Tenemos que implantarnos, creernos quienes somos, serlo y punto, sin poner oídos a personas negativas que nos quieran echar para atrás en nuestros sueños o metas de vida.
Recordemos siempre a quien le creímos, a quienes usó para que tuviéramos la certeza de saber para que nacimos, por qué estamos en este mundo y pararnos bien firmes con plena confianza en nosotros mismos y en Dios, de que lo que realizamos es de valor, que nuestra obra les sirve a muchos y a nosotros también.
Por eso tenemos que luchar por crear toda buena obra que nuestro corazón motivado por Dios nos manda hacer y aunque la vida es como una roca, difícil de cincelar, y se nos dificulte labrar nuestra historia de vida en ella, hemos de ir abriendo hueco y camino poco a poco, porque el muro permanece siempre delante de nosotros y tenemos que arriesgarnos a cruzarlo para saber que hay del otro lado, con la esperanza de que tarde o temprano, en algún momento, encontraremos la salida a la luz, si continuamos luchando con mucha perseverancia.
A unos se les hace más fácil esta tarea porque tienen mucha ayuda o apoyo por parte de muchas personas que les aportan económicamente y les brindan muchas oportunidades para que alcancen más pronto su objetivo, pero para otros, la tarea es muy dura y tenemos que caminar a paso de tortuga, teniendo siempre suma paciencia, con fe en que algún día lograremos lo que queremos, pero por mientras tanto, cada pasito que damos, es para nosotros un gran logro, un nuevo triunfo o éxito.
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