La vida me ha enseñado a nunca meterme en las relaciones de nadie y mucho menos en una relación matrimonial porque todo el que se mete pierde debido a que la pareja a como se puede dejar en cualquier momento pueden volver a unirse, perdonarse y su unión siempre es agradable a los ojos de Dios porque a lo que Dios o la ley une que no lo separe el hombre.
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