Los seguidores de Cristo somos personas con principios morales y espirituales muy altos, que respetamos a los demás y a nosotros mismos como a Dios y esa es la mayor razón por la que jamás haríamos ninguna clase de bandalismo porque a quien seguimos y servimos, que es la autoridad suprema que está a la cabeza de Cristo, que es Dios, es un Dios Santo y de orden.

Un Dios justo que no es acusador, que no señala, que no sigue jamás las tácticas engañadoras e inseguras de quienes necesitan culpar y humillar a otros sin pruebas, para fabricar una enredada telaraña de confusión con tal de ganar.