¿Dime por qué te mueves o te motivas tú para hacer algo bueno por los demás y por ti mismo?¿Por dinero ó por amor?
Muchos se mueven por dinero; pero yo me muevo por amor.
Creo firmemente que el día que me mueva y motive por dinero, ese día se termina mi inspiración porque ella es para mí como el árbol de limón que tengo en el patio de mi casa, que mientras lo dejaba ser y fluir libremente, que crecía a sus anchas y sus ramas nunca se cortaban, que crecían frondosas pegando hasta el suelo, dándome muchísimos limones y el peso de la cosecha que crecía en la punta de sus ramas llenas de limones hasta tocaban la tierra.
En ese tiempo de todo el montón de limones que el árbol me daba, muchos los usaba para el gasto de la casa y el resto lo regalaba a vecinos y familiares y siempre el árbol permanecía lleno de limones; y no faltaba quien me dijera que no fuera tonta, que los vendiera y mi hijo por sólo una vez vendió unos, entonces empezó a disminuir su cosecha, por lo que mi hermano me dijo que tenía que podarlo y no dejar que las ramas tocaran el suelo, porque eso lo estaba afectando.
Le hice caso y el jardinero lo podó y desde allí empezó a disminuir su cosecha cada vez más aún y casi no me daba limones, y como ya no da nada, estoy pensando en que voy a tener que cortarlo; pero antes de hacerlo voy a abonarlo para ver si revive.
De verdad pienso que mi inspiración es como mi árbol de limón, que es fructífera mientras fluya con Dios libremente; pero que no la venda, sino que la use para que la de con amor y sin interés a todos porque en el momento en que empiece a lucrar con ella se desvanecerá, por eso no la utilizo como si fuera un negocio.
Mientras viva todos podrán leer mis escritos gratuitamente; pero en realidad no sé lo que lo que va a pasar cuando yo no esté, de sí alguien va a lucrar o no con mi inspiración y mis escritos.
En realidad para mí es muy agobiante el verme a mí misma como si fuera un producto que crea productos para vender nada más, en fin, estar creando o escribiendo algo como si fuera un robót o una máquina que fue creada, enfocada y programada ambiciosamente, sólo para hacer dinero y no una persona con cuerpo, alma y espíritu que fluya y viva para servir a Dios, a los demás y a mi misma.
Debe ser enfermisamente terrible, actuar y hacer todo por interés y ambición al dinero, al poder y a la fama, como si yo fuera un producto hecho por Dios creado sólo para hacer otros productos a vender sólo pensando en el dinero que voy a ganar con eso porque para mi el dinero con la inspiración no mezclan porque son como el agua y el aceite.
La meditación para mí no se vende porque es un mundo espiritual sagrado en el que encuentro la inspiración, un mundo en el que pezco riqueza en El Espíritu de Dios, que no combina con la riqueza que existe en el materialista mundo físico en el que vivo, que sólo da importancia a la riqueza material y no mueve ni un dedo, ni pierde un minuto de su tiempo si no es haciendo algo que le genere dinero, bienes, poder y fama.
Un mundo en el que ya nadie te pone atención ni te da importancia si no ve dinero, favores ó bienes materiales a cambio.
Un mundo en donde ya casi nadie regala nada, ni predica, ni conversa, ni te brinda una sonrisa, ni te habla, ni te visita, ni se te acerca, en que ni siquiera un pensamiento o una mirada para voltearte a ver te la quieren dar gratuitamente.
Yo, por el contrario, no pierdo mi tiempo maquinando como hacer dinero, sino que lo invierto disponiéndome para que Dios me use y así es como fluyo en libertad, sin necesidad de pensar o ver el dinero o algún bien para inspirarme y asimismo soy al tratar a las personas, al sonreírles, al hablarles, al aconsejarlas porque mi conexión y alimentación no proviene de personas sino de Dios, y me lada de gratis.
Cuando era casi una niña, en una ocasión, le pedí en oración a Dios que me diera siempre lo necesario y gracias a ÉL nunca me ha faltado nada y me ha provisto de todo lo que de verdad necesito y de las herramientas necesarias para hacer lo que más amo, que es escribir mis inspiraciones y tomar vídeos, que provienen de lo que momentáneamente me nace y fluye, que ni siquiera yo sé lo que voy a escribir ni a grabar, sino que va naciendo y fluyendo poco a poco, sin interferencias del mundo, y mucho menos de ideas de números ni de dinero a ganar porque ese es otro mundo, en el que los que aman el dinero ya están especializados en obtenerlo; pero yo no me he especializado en eso, sino que con humildad me pongo en las manos de Dios para que me ayude a buscar riqueza espiritual que es la que de verdad me interesa.
Amo el mundo de la meditación y es un tiempo sagrado para mí porque en el estoy en un completo reláx y en conexión con Dios.
Es un momento en el que estoy sóla con Cristo, mi amado, y le entrego mis cargas para que las lleve Él, en que encuentro paz, descanzo, gozo, y así, desconectada del mundo, es como me llega por gracia y de gratis cada inspiración y sólo abro mis ojos para escribirla y darla a conocer.
Mis inspiraciones son sagradas para mí y si Dios no me las vende por qué las voy a vender yo, si Dios se ha encargado de suplirme de todo para que nada me falte y le sirva.
Y no sólo yo pienso así porque hay muchos que al igual que yo guardan las creaciones que le nacen desde lo más profundo de su ser sólo para sí y ni siquiera lo comparten; pero yo si amo compartir lo que hago porque así es como todas mis inspiraciones toman vida y pueden servirle a muchos porque no quiero marcharme de este mundo sin haber dejado con Dios bien marcadas mis huellas con mis inspiraciones.
Para vivir y ganarme la vida no dependo de mi inspiracion, que para mí es sagrada porque Dios me ha proveído mediante otros trabajos y medios diferentes para que gane o tenga dinero de otra manera.
En conclusión, firmemente pienso que cada persona debería de no lucrar ni con La Biblia ni con nada del contenido de ella, que es una obra creada por Dios y no suya, y tampoco debería lucrar con lo que en oración y meditación Dios por gracia y gratuitamente le da para llevarle sus cargas, aconsejarla y liberarla.
Lo que nos nace en meditación es algo muy sagrado porque es como si Dios abriera la llave de sus Ríos de Agua Viva para lavarnos, sanarnos y bendecirnos y no podemos ir y venir continuamente en meditación y oración a Él únicamente para buscar esto o aquello que nos conviene sólo por ambición ó con la idea de que con eso que Dios nos va a dar vamos a hacer mucho dinero y nos vamos a enriquecer materialmente hablando con eso porque a Dios nadie lo puede engañar y Él sabe quien lo busca y busca sus consejos o innovar con Él por interés y quien lo busca por amor a Él, para ayudar por amor a los demás y ayudarse por amor a si mismos también.
Ahora bien, si a una persona Dios le da la sabiduría para ser un emprendedor de negocios, para inventar o crear un producto o servicio nuevo para el bien de todos y venderlo, ó le da la sabiduría y la inteligencia para estudiar una carrera para trabajar y mantenerse económicamente toda su vida es muy distinto.
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