Por Cira Arroyo Fuentes, 23/02/2021, 1:22 p.m.
Una persona o entidad ambiciosa, antinatural, sin auto estima, inestable, insegura, sin paz, confusa, desordenada, caprichosa, altanera, nerviosa, falta de carácter y de dirección de Dios, jamás debe gobernar a nadie.
No debe hacerlo porque si no sabe ni donde está parada y tras de todo es mentirosa, agazapada, rencorosa, falta de perdón y vengativa, se dirige o gobierna a sí misna de manera indebida, confusa o enredada hasta los tuétanos y gobierna o dirige a los demás hacia el caos, en otras palabras, es una persona loca que dirige a los demás a la locura también.
Una persona, por más estudiada y capacitada que sea, si no cree en Dios y no sabe descansar en Él, ó en personas que correctamente le puedan ayudar a llevar sus cargas, es una persona cansada y confusa que confunde y cansa a los demás también, y en otras palabras, es una persona peligrosa, como una bomba de tiempo a punto de explotar.
La gente mucho habla de que todas las personas tenemos un poco de locura y si sumado a eso nos dejamos llevar por el mundo, pretendiendo vivir dejándonos llevar a la libre por nuestros propios y particulares sentimientos y deseos, o de lós demás, y sólo por lo que parece bien a nuestros sentidos o de otros, "somos o seríamos un peligro andante".
De aquí la importancia de tener una mente o entidad más sabia y más alta que nos gobierne y nos dirija, en la que descancemos cuando por nuestras propias fuerzas y nuestra propia mente nos sentimos cansados, extraviados, confundidos e incapaces de proseguir para seguir dirigiendo.
Sabemos que somos responsables de dejar bien marcadas huellas en este mundo; pero si con humildad reconocemos que solos no podemos, y que tenemos que soltar el peso o carga que llevamos encima para que alguien nos ayude de para alivianarnos, sabremos que esas huellas serán las que quedan bien marcadas mientras nosotros descansamos en esas personas que nos ayudan o en Dios.
En este mundo todos estamos para guiarnos y ayudarnos unos a otros; pero si no tenemos la covertura de una entidad mayor como la de Dios, que es la única que nos guía en una dirección directa y segura, estamos en peligro de coger por tangentes, extraviarnos y dar más vueltas que un trompo por coger por orgullo, cada quien por su lado y perderse por querer ciegamente mandarse y guiarse solo.
Una persona ciega espiritualmente es un peligro andante porque es un ciego guiando a ciegos que se confunden y se pierden cada vez más hasta caer en un estado de locura de verdad.
Es difícil dejarse guiar y creer en personas orgullosas y ensimismadas que no dan buenos frutos y que notablemente dejan saber por sus actos y comportamiento un estado de locura al que discimulan y no quieren reconocer porque no creen en Dios ni se dejan guiar ni sanae por Él.
Cuando vemos suceder esto, es cuando más tenemos y debemos de refugiarnos en Dios, para que esas personas ateas, extraviadas y perdidas no nos dirijan junto con ellas al matadero.
Por eso es crucial mantenerse en comunión con Dios siempre, menguar para que Él viva y gobierne en nosotros ó por lo menos hacer un alto en el camino y orar cuando tenemos que tomar decisiones importantes que afectan a los demás porque lo que suceda, al final siempre nos viene afectando en cadena a nosotros y a todos también.
En conclusión, es importante ser humilde y mantener nuestros ojos espirituales bien abiertos con Dios, orar o hablar con Él, para que Él tome el control sobre todas las cosas, que nos aconseje o llene con su sabiduría, para saber que hacer y como actuar ante las situaciones desconocidas y los peligros que nos acechan, para menguar nosotros y dejarnos guiar por Él, cuando el mundo no sabe que hacer por dejarse llevar por gente atea del mundo que por orgullo y rebeldía anda o está espiritualmente ciega.
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