© Cira Arroyo Fuentes 22/04/2018 12:35 p.m.
Hoy domingo 22 de abril del 2018, he empezado mi día tomando dos vasos de agua tibia, otro con agua tibia y limón y el último vaso de agua con limón, jengibre y canela.
Voy bebiendo poco a poco todos estos cuatro vasos de agua, pero como tengo que esperar media hora, este tiempo lo aprovecho para ir preparando mi desayuno, que es mi principal alimento para empezar mi día.
Alisto los ingredientes que son: media manzana, media pera, siete uvas cortadas en cuatro, dos cucharas de almendras, dos de yogurt natural y tres cucharas de avena integral. Procedo a picar toda la fruta y finalmente mezclo todo, agregándole miel de abeja al gusto (una cuchara aproximadamente).
Mientras yo estoy en la tranquilidad de mi hogar haciendo esto, me puse a pensar cuantas personas apenas se levantan se ponen como desesperadas por salir a la calle, se montan en su auto y a la aventura se ha dicho, pero por la carrera, así como por la pereza, no sacan el tiempo necesario para prepararse un buen desayuno, como Dios manda, sino que se van a una cafetería o un restaurante de comida rápida a desayunar.
Se pasan todo el día en la calle comiendo alimentos poco saludables, ...eso si comen, ... porque muchos sólo andan dando vueltas en su auto de un lado para otro y ni se recuerdan que tienen que alimentarse.
De pronto sus hijos empiezan a pedirles comida, a llorar, hacer rabieta, por lo que comienzan a regañarlos y al mismo tiempo que ellos piden alimento, su auto les pide gasolina también, entonces el ambiente se les torna insoportable y los más inaudito es que tengan por fuerza que gastarse en el auto el dinero que pudieron haber usado en comida para sus hijos.
No es difícil adivinar lo que les está pasando a estas personas porque con sólo ver sus rostros uno se da cuenta que son gente que van perdiendo su salud por causa del vicio que tienen de sólo andar en la calle comiendo comida chatarra y saltándose tiempos de comida, pero a su auto, a este lo mantienen en perfecto estado, y esto es precisamente lo más irónico.
El querer vivir la vida sólo en la calle está matando a muchas personas tanto de desnutrición como de estrés, pero la gente no lo quiere reconocer.
Uno no se debe dejar llevar por las apariencias, porque muchas personas por aparentar, tienen casas y autos lujosos, pero no se están alimentando bien y por lo contrario hay mucha gente que vive en casas más humildes, que tienen un auto sencillo, o no tienen auto, pero que se ven robustas y bien alimentadas, porque para ellas es más importante tener paz, sacar tiempo para pasar en familia en su casa, preparar bien sus alimentos y realizar actividades de recreo hogareñas, que estar como desesperadas por salir a la calle.
Y no digo con esto que estas personas no salen, porque si lo hacen, pero cuando ya están bien alimentados, o planean con tiempo sus paseos y si les hes factible llevar la comida, se levantan bien temprano y preparan lo que se van a comer, calculando el tiempo que van a estar fuera y si por la dificultad del viaje no pueden llevar su comida, se preparan con buen dinero y escogen un buen lugar donde vendan comida sana.
Quiero que mediten en esto que les escribo porque nosotros somos lo que hacemos y comemos.
Se los cuento porque hace muchos años mi salud estuvo bastante quebrantada debido a que yo tenía ese estilo de vida de sólo calle, y todo eso que les escribí lo viví en carne propia, porque como andábamos fuera de casa sólo tomábamos gaseosas, comíamos comida chatarra y no nos alcanzaba el tiempo por andar fuera, pero con los años el cuerpo nos pasa la factura y si yo no hubiese cambiado mi estilo de vida ya hace mucho que estuviera muerta.
Gracias a Dios hoy día me siento super bien porque he cambiado mi dieta: tomo mucha agua, ya no como carne ni pollo casi, no como arroz, tampoco pan (ni siquiera del integral) porque lo sustituí por tortillas de maíz. Sólo como pescado, mariscos, huevos, yogurt natural, vegetales, frutas y frutos secos así como semillas.
Este cambio en mi alimentación, más el ejercicio, han cambiado mi vida y me siento mucho mejor ahora con 55 años que cuando era más joven.
Espero que todos mediten este mensaje y que si no están cuidando su salud, como si fuera su principal tesoro, empiecen a hacerlo y no sacrifiquen su salud por nada, ni por la ambición de tener cosas materiales. Si tienen muy buenos trabajos o mucho dinero y pueden mantenerse saludables al mismo tiempo que tienen posesiones materiales perfecto, pero si no es así, den prioridad a su alimentación, que es lo más importante.
Los quiero mucho. Que Dios me los bendiga y me los cuide siempre.
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