Por Cira Arroyo Fuentes 01/05/2020 11:05 AM
La paranoia de muchos en el mundo y su afán por crear obras diferentes, impactantes, exitantes, delirantes, chocantes al ojo, fuera de la realidad, que llamen la atención, que lleven a otra dimensión y llenas de adrenalina; estaba creando un mundo loco e inseguro, arrasador y destructor de la naturaleza y de la humanidad misma.
Estaban jugando a crear con fuego, experimentando con lo prohibido, lo oscuro y oculto creando un mundo encaminado a lo antinatural y bestial, irrumpiendo drásticamente el orden de la naturaleza y de todas las cosas.
Un mundo en el que gran parte de la humanidad estaba viendo como bueno a lo malo y a lo malo como bueno.
Un mundo inseguro, controvercial inclinado a lo engañoso, a lo antinatural y a lo que va en contra de La Voluntad de Dios en el que hay que abrir muy bien los ojos espirituales con Cristo y abrir muy bien los ojos corporales también, y tener buenos anteojos si no se ve bien, para ver con quien o quienes se está o se anda, y por dónde se camina, para no ser engañado por el mal.
Dios quiera que la humanidad con este confinamiento por el covid-19 medite, recapacite y ore, para que cuando salga de nuevo a la calle cambie el rumbo que llevaba y empiece a vivir conforme a Dios, y a ordenar el mundo conforme a Él.